Una idea que no puede morir.

Escribo porque me obligo a escribir, porque si no escribo, si no me expreso, si no encuentro mi ser y lo plasmo en el papel, el sistema me comerá.

Escribo porque es un acto de rebeldía, porque más que escribir es expresar, porque expresarse en un sistema que te impone restricciones, que esclaviza tu mente, y te transforma en una masa amorfa, es un acto de rebeldía, es un grito de rebeldía, porque al final el solo vivir se convertirá en rebeldía pura.

Escribo aunque no cuente nada, aunque no narre nada, aunque no recite ningún verso ni escriba una historia, solamente escribo porque debo hacerlo, porque me obligo a hacerlo, porque quiero hacerlo, por lo hago y es bueno.

Escribo porque por cada palabra, deposito una parte de mí que vivirá por siempre en el papel, como una idea que no puede morir.